¿Qué celebramos a fin de año en las empresas? 🌟
Llega un momento en el año en que gran parte de los equipos de RRHH busca lo mismo: actividades lúdicas, escape rooms, dinámicas de #teambuilding. Por un lado, reconozco lo divertido y necesario que pueden ser estos espacios. Pero, por otro, algo profundo me alerta: ¿qué estamos intentando construir en esos pocos días que no pudimos sostener durante todo el año? ¿Qué intentamos reparar?
Es válido preguntarse qué miran las empresas cuando deciden recurrir a fórmulas prefabricadas para “mejorar equipos” o para conectarse con “lo humano”. ¿Realmente se trata de transformación, o solo estamos decorando lo que no queremos enfrentar?
El calor del día a día 🔥
En Mapplics , tratamos de mantenernos cerca siempre. No esperamos a fin de año para encender el fogón: cuidamos los fueguitos en el día a día. Llegamos a diciembre cálid@s, con ganas de lo simple, de compartir y mirarnos a los ojos porque sí, no porque haya una dinámica diseñada para hacerlo.
Festejar es fundamental. Llegar al cierre de un año con lo mejor que tenemos es un logro profundamente humano. El sistema muchas veces nos rompe, nos corrompe, pero aquí estamos, brindando por lo que somos en un mundo que muchas veces intenta borrar la canción de nuestras almas.
La verdadera fortaleza está dentro 🌱
Cuando la cultura de una empresa es realmente fuerte, no necesita mirar hacia afuera para buscar qué hacer o qué fórmulas seguir. Necesita, simplemente, mirar hacia adentro. Las personas que forman el equipo son diversas, cíclicas, y si algo pide un fin de año, es atención genuina: escuchar, entender y proponer con autenticidad.
No necesitamos fórmulas mágicas. Necesitamos sinceridad. A veces, una charla honesta tiene más impacto que una fiesta donde se espera que tod@s aparenten un espíritu positivo. A veces, preguntar “¿qué necesitas?” puede ser mucho más transformador que ofrecer premios o regalos sin propósito.
Más allá de la foto 📸
Las fotos del evento no son lo esencial. Lo esencial, como decía Saint-Exupéry, es invisible a los ojos. Cambiar paradigmas no implica simplemente “celebrar más bonito” sino celebrar con más verdad. La moda puede ser atractiva, pero suele estar lejos de lo evolutivo. El cambio que necesitamos hoy nos pide ser más sincer@s, más auténtic@s, más transparentes.
Este no es un llamado a censurar las celebraciones de fin de año. Al contrario, es una invitación a repensarlas. ¿Estamos mirando fuera de la caja o solo decorándola para que se vea más linda? ¿Estamos cuidando los fueguitos durante el año, o corriendo a encenderlos en diciembre?
Conclusión 💡
La clave está en la coherencia. Celebrar no tiene que ser un acto desesperado por unir lo que no se sostuvo. Tampoco un acto de marketing interno. Es una oportunidad para detenernos, mirar con empatía y recordar que el verdadero fin de año comienza en cada día del calendario. Porque la conexión humana no se fabrica, se cultiva. ✨